Descripción enviada por el equipo del proyecto. Ubicado en las montañas que rodean el lago Coatepeque en El Salvador, “Cardedeu” es un lugar para eventos que pretende maximizar las posibilidades de un espacio abierto en un lugar tan privilegiado y con vistas tan espectaculares. Lo complementamos con una capilla, un restaurante, un hotel y varios espacios de apoyo.
El diseño lo desarrollamos respetando una combinación de planicies e inclinaciones en el terreno actual, así como la constante relación al lago. Llegamos a una arquitectura sencilla que brinda espacio para una versatilidad de experiencias.
Creamos un esquema reticular informal con la intensión de ir revelando el proyecto poco a poco, dar opciones del uso y de generar perspectivas variadas hacia el lago. En el Acceso al complejo limitamos la vista del usuario hacia el lago, dejando entrever solo una pequeña porción del entorno y estableciendo así una intención que permea el proyecto entero. Esto invita al usuario a descubrir la totalidad del proyecto y al mismo tiempo la del entorno.
La circulación entre los cuerpos que componen el proyecto es específicamente fragmentada con el propósito de limitar o potenciar las vistas del usuario a lo largo del recorrido. De manera, generamos una serie de diferentes relaciones entre lo construido y lo natural disolviendo en algunos casos el límite de lo interior y exterior.
La utilización de Materiales locales (madera de una granja cercana y piedras de la cantera local) amarran al proyecto a la materialidad de la zona. Al mismo tiempo la introducción de materiales foráneos como el hormigón, y el acero nos permiten crear estructuras que se proyecten del terreno y generan sensaciones de flotar entre los aboles o incluso de volar sobre el Lago.
La capilla propone ser un escenario del paisaje y se maneja como un espacio austero, con un solo material, para resaltar el lago y las montañas. Es como una cajita de concreto extruida, donde se han quitado dos tapas sin ofrecer ningún cerramiento al terreno. Dejando una ventilación cruzada permanente. El manejo del concreto es poco pretencioso y el único mobiliario existente, aparte de las bancas es un sencillo altar que aparece flotar sobre un espejo de agua, que a su vez crea un efecto sin fin con el lago.
Estructuralmente se planteó con marcos de concreto, exceptuando por un punto donde se propuso un apoyo metálico que acortara el tramo más largo de las vigas, el cual no se percibe por ser “la cruz”.